Se sabe que la mayoría de la gente que tiene exceso de peso come excesivamente en relación con lo que gasta, a menudo la causa de esta alimentación desordenada son problemas psicológicos.
Los estudios científicos realizados indican que la mitad de las personas que padecen una obesidad importante tienen enfermedades psiquiátricas. Por ello, si al plantear una dieta sólo nos fijamos en lo que se come y no en por qué se come en exceso, el fracaso está servido. Se puede incluso perder peso mientras se siga la dieta, pero al abandonarla, se volverá a recuperar fácilmente. Para evitar estas recaídas de peso, hay que intentar identificar los posibles problemas psicológicos escondidos que favorecen la sobrealimentación, ya que sólo después de conocerlos y asumirlos es posible cambiar la conducta alimentaria, reducir peso y, así, mejorar la calidad de vida. Es más, cuando una persona restringe su ingesta con una dieta muy estricta, entonces la comida se convierte en una verdadera obsesión y puede aumentar la ingesta de forma compulsiva.
domingo, 13 de julio de 2008
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